¿Qué son los sírfidos?
Los sírfidos son insectos dípteros pertenecientes a la familia Syrphidae, comúnmente conocidos como “moscas de las flores”.
Son el segundo grupo de polinizadores más grande del mundo, después de los himenópteros (abejas y abejorros), y desempeñan un papel esencial en los ecosistemas agrícolas y naturales.
Servicios ecosistémicos de los sírfidos
Los sírfidos proporcionan servicios ecosistémicos clave que benefician tanto a la agricultura como a los ecosistemas naturales:
- Polinización natural: contribuyen a la reproducción de más de 500 especies de plantas, mejorando la productividad de los cultivos agrícolas.
- Control biológico de plagas: las larvas de algunas especies son depredadoras de pulgones (áfidos), ayudando a reducir la necesidad de pesticidas químicos.
- Transformación de residuos orgánicos: algunas especies desempeñan un rol en la descomposición de materia orgánica, favoreciendo la salud del suelo.
Características funcionales de los sírfidos
- Polinizadores generalistas: la mayoría de los sírfidos buscan polen y néctar accesibles en una gran variedad de flores, lo que los hace especialmente eficaces en cultivos diversos y sistemas agrícolas mixtos.
- Aparato bucal especializado en succión: cuentan con un aparato bucal chupador, formado por piezas bucales cortas y no especializadas, que les permite acceder fácilmente a polen y néctar en flores de diferentes tamaños y formas.
¿Por qué los sírfidos parecen abejas, pero no lo son?
Los sírfidos, como QUEENFLY® (Eristalis tenax) y GOLDFLY® (Eristalinus aeneus), imitan a abejas y avispas gracias a un fenómeno evolutivo conocido como mimetismo batesiano.
El mimetismo batesiano es una estrategia adaptativa en la que una especie inofensiva imita los colores, formas o comportamientos de otra especie peligrosa o desagradable para los depredadores. En el caso de los sírfidos, su apariencia similar a abejas y avispas —especialmente sus colores amarillo y negro, su forma corporal y su vuelo ágil— actúa como una señal de advertencia.
Aunque los sírfidos son totalmente inofensivos, no tienen aguijón ni mecanismo de defensa, su apariencia engaña a los depredadores, que los evitan por error al confundirlos con insectos que sí pueden picar.
Esta forma de protección natural es especialmente notable en la subfamilia Eristalinae, a la que pertenecen nuestras especies. Por ejemplo, QUEENFLY® es conocida como “mosca zángano” debido a su gran semejanza visual con los zánganos de las abejas melíferas.
El mimetismo batesiano ha sido clave para la supervivencia de los sírfidos como polinizadores esenciales en la agricultura sostenible.